Experiencias emocionantes

EMOCIONANDO
a nuestros pequeños, y a nuestros adultos

Emocionarse.
Conocer las emociones.
Gestionar las emociones.
Darse cuenta de lo que se siente en cada momento y no juzgarse.

Eso hubiese estado bien aprenderlo alguno de los años de mi vida. Sin embargo, descubrí la Inteligencia Emocional a los 20 años. 
A día de hoy me sigue costando poner en práctica algunas cosas, pero aprendí mucho de mí y de las personas que conocí en esa etapa, de los profesionales que pusieron palabras a mis sentimientos y los compañeros con los que viví el proceso de aprendizaje en este ámbito. Y eso que yo venía de una carrera educativa y de hacer voluntariado ayudando a personas desde los 15 años, aún así, había y hay mucho por aprender.

Trabajar las emociones con niños y adolescentes es una de mis actividades preferidas durante la semana. En ella disfruto, expreso como estoy, y ellos, me enseñan que tienen más capacidad de perdonar que los adultos, de olvidar que los adultos y que pueden ser una generación diferente en el futuro.

Es entonces cuando te das cuenta:
-De pequeños vivimos las emociones sin conocerlas + De adolescentes lo pasamos mal porque estamos en búsqueda de la personalidad = cuando somos mayores, toda esa carga emocional que llevamos años arrastrando, piedra que entra en la mochila, piedra que duele -tenemos mucho que trabajar, mucho que explorar y mucho que rascar-

Empecemos por las emociones básicas y nos adentraremos en las más complejas.

Fdo. Creativa e Inquieta


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