CXD

TALLER DE ACOMPAÑAMIENTO
en el proceso de la muerte

Empezamos mal.

-Tengo miedo a la muerte. No me gusta hablar de ella. No quiero que nadie se muera.

Quizás pienses que es un pensamiento infantil, pero a día de hoy me sigue invadiendo ideas en la cabeza y más allá de esta, me entristece. No me gusta hablar de ello. Pero, debo hacerlo. Todos nos morimos, TODOS nos morimos, repite, todos nos morimos, incluida yo.


Esto me ha costado mucho asimilarlo y vivirlo como lo hago hoy en día, aunque es un tema que intento no sacar, cuando sale no lo puedo evitar- Se siente- Siempre sale.


-Uff, me cuesta hablar de ello. La muerte, el más allá, qué habrá después, habrá algo. Es en este momento en el que comienza mi crisis existencial del después, soy o era cristiana, creo en Jesús, en lo que hizo, pero sólo como figura. Aún busco explicaciones, aún intento encontrarme en la fe, esto me dejó muchas dudas, porque en realidad nunca entendí el verdadero mensaje y empecé a estar confusa.
Sigo hecha un lío, creo en algunas cosas, me creo algunas cosas, pero otras las vivo con respeto, me sigue dando miedo pensarlas y después de cuatro años de esta formación y estos talleres, me sigo comiendo la cabeza con el mismo tema. 
¿Tan reflexiva soy? Quizás de más.

Lo importante: Todo lo que aprendí y todo lo que aprendí de mí. Un miedo grande. Un miedo que voy superando poco a poco, porque algún día no estaré, aunque cuesta mucho decirlo y pensarlo.

 Nunca debí cogerle miedo a algo tan natural. No se deberían de apartar los hospitales del centro de los pueblos o de las ciudades, incluso los cementerios. Lo alejamos tanto de nuestra vida, lo enfermo, lo que no vale, que no nos damos cuenta que es real y que está ahí. Que gran error.

Fdo. Creativa e Inquieta.


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